Con
mucha frecuencia los estudiantes han preguntado cómo se usan los puntos
suspensivos.
En
primer lugar, hay que decir que son tres, ni más ni menos. No obstante, a veces
nos encontramos con dos puntos en lugar de los tres o con cuatro, y en ambos
casos se piensa que el escritor se equivocó: que le faltó uno o que se le fue
uno de más.
Los
puntos suspensivos indican una suspensión de la idea, tal como lo da a entender
su nombre y con ellos se espera provocar una determinada reacción de sorpresa o
de suspenso en el lector: “Y ya entrada
la noche…escuchó que alguien abría la puerta.”
También se emplean
para dejar una oración incompleta porque es muy conocida y se puede
sobrentender; por ejemplo: “agua que no
has de beber…” y para señalar una
interrupción o duda en el discurso: “No
sé… no me dijo nada…pero es posible que venga”
Otro uso que se da a
los puntos suspensivos es para la supresión de parte de un texto que se
considera innecesario cuando se reproduce literalmente. Por ejemplo:
“Estoy seguro de que desempeñaremos un
buen papel en ese concurso internacional […] y será un gran triunfo para
nuestro colegio”, dijo el rector Juan
Carlos Pérez. En los puntos que hay dentro de los corchetes tal vez el rector
expresó los motivos por los cuales estaba tan seguro de ganar.
Hay
que recordar que cuando se usa este signo de puntuación deben ubicarse los tres
puntos después de un signo de interrogación o de exclamación en caso de que sea
necesario como en los siguientes ejemplos. ¿Dónde estabas cuando te llamé y no
contestaste?..., ¡Qué descaro el tuyo!...o dentro de la interrogación, según el contexto, como en el caso
siguiente: Y al final ¿te casarás con…?
Los
puntos suspensivos sustituyen al punto final, posibilidad que no tienen ni la
coma ni el punto y coma ni los dos puntos: “Amanecerá
y veremos…”