sábado, 16 de diciembre de 2017

¿TODOS Y TODAS?

Es absurdo, por decir lo menos, que un juez de la República conozca códigos, leyes y decretos, pero ignore las reglas más elementales de su idioma materno. El señor juez que ordenó cambiar el lema de Bogotá no sabe que para referirse a una especie, la forma masculina abarca a todos los individuos que pertenecen a ella.
Por eso, en el lema “Bogotá mejor para todos” se incluyen todos los habitantes de la capital colombiana: hombres, mujeres, blancos, negros, amarillos, altos, bajitos, gordos, flacos, jóvenes, viejos, niños y niñas.
Cuando se dice “los perros”, se entiende que se habla de la especie canina y que comprende a todas las razas, desde la más grande hasta la más pequeña y que no solo se refiere a los machos sino también a las hembras. Y cuando se dice: “El hombre es el único ser que piensa y razona” no se está excluyendo a las mujeres porque se está hablando de la especie humana.
¿Cómo diría el señor juez la afirmación: el perro es el mejor amigo del hombre?
En un lenguaje incluyente sería: el perro y la perra son el mejor amigo y la mejor amiga del hombre y de la mujer. Absurdo, ¿no? Además, hay un principio, el de la economía del lenguaje que el señor juez también olvidó (o ignora).
Es triste y lamentable que ese señor juez de la República haya dejado tan mal ante el mundo a nuestra Colombia donde hace algunas décadas se hablaba el mejor español de América y hayamos quedado todos los habitantes de este país como desconocedores de nuestro idioma; porque si así se expresa un juez, ¿cómo podrán hacerlo los demás?

Yo invito a ese juez a que se acerque un poquito a la gramática española, que se haga amigo de la RAE y del Instituto Caro y Cuervo para que en el futuro ni él ni los colombianos quedemos tan mal ante el mundo. Porque ayer, 14 de diciembre de 2017, en internet,  él y nosotros hemos sido objeto de críticas y de burlas por su “todos y todas”