lunes, 26 de marzo de 2018

EL USO DE LAS LOCUCIONES LATINAS

Las locuciones latinas son frases hechas que se usan en el lenguaje jurídico y se oyen en boca de personas cultas; se conservan del latín y en la lengua escrita se encuentran en alegatos y sentencias. Son extranjerismos y hay que tratarlos como tales;es decir, se deben escribir como se hacía en la lengua original y dado que en latín no había tildes, no se les debe poner acentuación gráfica. Además, se escriben en cursiva y si no se puede usar ese tipo de letra, deben ir entre comillas, tal como lo indica la Ortografía de la Lengua.

No obstante, con frecuencia se observa un uso incorrecto de algunas de ellas debido, en la mayoría de los casos, a que se introducen preposiciones o se acude al plural, elementos que son propios del español.
Veamos algunos de los casos más frecuentes:
grosso modo, no a grosso modo. Significa ‘aproximadamente o a grandes rasgos’
ipso facto, no de ipso facto. Significa ‘en el acto, inmediatamente’
modus operandi, no modus operandis. Significa ‘modo de obra’
modus vivendi, no modus vivendis. Significa ‘modo de vivir’
motu proprio, no de motu propio. Significa ‘por propia iniciativa’
mutatis mutandis, no mutatis mutantis ni mutatis mutandi. Significa ‘cambiando lo que se deba cambiar’
peccata minuta, no pecata minuta. Literalmente, ‘pecados veniales’; indica una culpa o error menores
sub iudice o sub judice, no subiudice, subiúdice ni subjúdice. Significa ‘pendiente de juicio’
vox populi, no voz populi. Significa ‘voz pública o voz del pueblo’.
Es importante tener presente que si se van a usar estas expresiones debe hacerse en forma correcta.

jueves, 15 de marzo de 2018

POR QUÉ MUCHA GENTE LEE Y NO ENTIENDE


Con mucha frecuencia escucho decir a estudiantes, compañeros y a otras personas, que les encanta leer, pero que tienen un grave problema: leen y no entienden y cuando les piden que resuman en pocas palabras el argumento de un texto, se sienten incapaces de hacerlo. Por suerte, ese no es mi caso.
Como todo en esa vida tiene su explicación, he tratado de encontrar el porqué de esta situación y después de analizar muchos casos encontré que hay circunstancias que se repiten.
En primer lugar, en muchos hogares los papás leen muy poco; si acaso el periódico de vez en cuando, generalmente, los domingos.
Como consecuencia, el contacto con la lectura que tuvieron los hijos de estos papás no tuvo mucha importancia para aquellos; no les leyeron un cuento antes de dormir todas las noches, ni les pidieron que expresaran sus ideas acerca del relato. Otra circunstancia que saltó a la vista es la ausencia de una biblioteca bien nutrida, lo cual da como resultado que para los hijos los libros no son “el pan nuestro de cada día”.
Para colmo de males en los colegios no he sabido que enseñen a leer en voz alta, con expresión, respetando los signos de puntuación; y eso es muy importante para comprender lo que se lee. No es lo mismo decir: ¿Cómo llegaste? que expresar ¡Cómo!, ¿llegaste? o asombrarse: ¡Cómo llegaste!.
Además, cuando muchas personas leen en silencio, mueven los labios (hablan en voz muy baja), no lo hacen de corrido y esa actitud entorpece la comprensión.
Cualquier persona que haya ido a una institución de educación primaria sabe leer, pero saber decir lo que expresan las letras combinadas de cierta manera no es leer en el verdadero sentido de la palabra; porque leer es comprender.
La comprensión lectora hace que el individuo aprenda, porque aquello que no se comprende no se puede aprender y si no se aprende tampoco se recuerda.
La lectura es un hábito como todas las acciones cotidianas y si se sabe leer es posible encontrarle sentido a lo que se lee, se conocen datos, hechos y detalles, se pueden encontrar las relaciones de causa y efecto.
Además, es posible comparar la información, sacar concusiones y se amplía el vocabulario; pero eso sí: con un diccionario al lado para buscar los significados de las palabras desconocidas
Leer comprendiendo es imaginar, es dejarse llevar a países lejanos, conocer costumbres, ver paisajes, buscar soluciones a hechos y actitudes conflictivas. Mediante la lectura el lector se vuelve solidario con el personaje, siente con él, y critica aquellas acciones que quien lee juzga equivocadas.
En pocas palabras, leer es tener mil vidas, conocer y contar con muchos amigos y admirar a los autores que nos llevan de la mano a vivir aventuras y experimentar toda clase de sentimientos.
Quien sabe realmente leer, agradece a los mayores, padres, maestros y a todos aquellos que hicieron posible el milagro de comprender lo que se lee.

domingo, 4 de marzo de 2018

PENSAR EN LA GENTE


Cuando me miro al espejo compruebo que los años pasaron velozmente y que aquellas etapas de la vida infancia, juventud, madurez pasaron como el agua en un canasto y llegó la vejez. Así de simple, sin eufemismos que quieran disimular la última etapa, cosa que es muy normal en un país que privilegia y hace un culto de la juventud. Otra cosa es, por ejemplo, en China donde llegar a viejo ubica al individuo entre las personas más respetables de la sociedad.
Y hay una situación triste, preocupante (y no por eso deja de ser real):  los jóvenes creen que siempre serán jóvenes y no se preparan para la vejez. El gobierno los obliga a estar afiliados a un fondo pensional, pero creen que ese tiempo está muy lejos y no reflexionan acerca de que es necesario preparase para hacerle frente a esa parte de la vida que, cuando menos se piensa, llega. Quienes trabajaron en su juventud, tienen solucionada su situación económica, pero hay otro aspecto no menos importante: el sicológico y el de la vida de todos los días.
¿Cuántos jóvenes se han preguntado:  cómo será mi existencia cuando me jubile? ¿Qué haré cuando no tenga que ir a trabajar?
Un descanso de algunos días es muy bueno; pero ¿Y después? ¿Qué haré en ese tiempo que me sobra?
“Ya sé, dirán algunos, me pondré a leer porque me gusta”; pero leer cansa si se hace por varias horas todos los días porque no hay más que hacer. Otros afirmarán: “Voy a dormir por todo lo que no pude hacerlo antes”; pero resulta que a más edad menos sueño se necesita!
“Viajaré por todo el mundo”, dirán otros; pero no es nada bueno andar permanentemente de un lugar a otro como maleta de loco y menos siendo viejo y por ende, lento, en un mundo que anda aprisa.
Y si nada de lo anterior puede hacer, seguramente lo pondrán a cuidar a los nietos, o a los sobrinos...
Pero el viejo ya no está para eso porque él ya crió y cuidó a sus hijos o a sus sobrinos cuando era el tiempo de hacerlo.
Hacerle frente a la jubilación y a la vejez no es fácil y por ello hay que prepararse; aprender diferentes manualidades, comenzar a vincularse con alguna sociedad de beneficencia, cultivar amistades con aficiones y gustos similares… Reunirse con los amigos para tomar café y hacer algo productivo es una situación que le permite al viejo ir aceptando su nuevo estado. En fin…Buscar qué hacer porque los días de ocio son eternos, son por lo menos, doce largas horas de luz y el individuo se va encerrando en sí mismo, se vuelve malgeniado y termina por aislarse de todo el mundo cuando debiera de vivir horas placenteras.
A veces la jubilación llega porque el jefe presiona y hay que dejar de trabajar cuando aún la persona se siente capaz de continuar con sus funciones y se desempeña bien. El resultado de esa presión es un golpe bajo para ese ser que aún tiene ánimos y alientos para continuar en el quehacer diario.
Esos “golpes bajos” muchas veces desembocan en sufrimiento interior y en depresión ante una pregunta que no tiene respuesta: ¿Sera que ya no sirvo para nada?
Por eso, para atenuar esos golpes, en algunas naciones el viejo que puede hacerlo trabaja medio tiempo, algunas horas. Así no solo ese ser se siente útil, sino que en esos países hay menos problemas sicológicos en su gente y el Estado gasta menos en tratamientos especiales para esa población.
Hay trabajos que solo realiza perfectamente quien tiene experiencia. Sin embargo, muchas veces se ubica a un “novato” sin tener en cuenta que su rendimiento no será el mejor precisamente porque le falta experiencia y sus “metidas de pata” cuestan plata..
Es cierto que el joven necesita adquirir presteza en la realización de determinadas tareas, pero debe aprender junto a un veterano que le vaya enseñando los trucos y los “secretos” para hacer bien las cosas.
Ojalá nuestros gobernantes tomaran el buen ejemplo de naciones de otras latitudes donde no solo se piensa en la productividad y en el dinero sino también en la gente.