miércoles, 2 de septiembre de 2020

LA IMPORTANCIA DE TENER UN OBJETIVO CLARO

 

Hace años, era yo la locutora oficial de Radio Cóndor, emisora de la Universidad Autónoma de Manizales, cuando me llamaron de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo  de la Universidad de Manizales para dictar en primer semestre la materia “Radio” y dentro de ella, locución.

Era algo novedoso y los estudiantes tenían muchas expectativas acerca de su futuro. Unas querían llegar a ser comentaristas de moda, otros, grandes reporteros. Un estudiante se levantó y dijo: “Yo voy a ser  locutor de televisión”.

Lo expresó con firmeza, con convicción.

Su afirmación causó risas entre los alumnos y algunas burlas, porque se veía muy lejano y casi imposible ser locutor de Televisión en un canal de Bogotá.

No obstante, respondió con mucha seguridad; “Ya verán… Ya verán”. Y no le importaron las burlas.

 Su objetivo era muy claro.

Fue el mejor estudiante de la materia, aprendió a leer con expresión, con lectura anticipada, con excelente dicción y se notaba su deseo de llegar a ser el mejor locutor.

 Pasaron los años,  algunos estudiantes se graduaron; otros desertaron en -el camino. No volví a tener noticias de esos estudiantes hasta que un día, para mi sorpresa, al sintonizar el noticiero de RCN de la noche, me encontré con la cara conocida de Andrés Felipe Arias.

Recordé entonces la decisión que había en su voz cuando afirmó que él sería locutor de televisión.

Esa es la importancia de tener un objetivo claro que guíe los pasos de cada persona porque todos los esfuerzos se encaminan a lograrlo. De esta forma, cuando se sabe qué se quiere, no hay titubeos, y los obstáculos que aparezcan se hacen a un lado, se superan.

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