La
escritura académica comprende tanto los textos que escriben los estudiantes
universitarios como también aquellos elaborados por profesionales en la Academia
para la difusión del conocimiento científico. De este modo, dentro del género
académico se incluyen los escritos especializados que circulan en el ámbito
científico y que, por tanto, guardan ciertas características comunes.
Las
condiciones básicas de cualquier texto son: claridad, precisión, concisión y
corrección; el texto académico tiene una más: la objetividad.
Al
referirnos a la corrección, no solo se tienen en cuenta las reglas ortográficas
y las de redacción sino también aquellos errores en los que se incurre
involuntaria e inadvertidamente; entre ellos, los pleonasmos y las redundancias
La
frontera entre pleonasmo y redundancia a veces es difusa. De hecho, algunos
estudiosos del lenguaje, como el maestro Martínez de Sousa, no establecen
diferencias entre redundancia y pleonasmo; pero veamos qué nos dice la RAE al
respecto
Pleonasmo.(Del latín,
pleonasmus, y este del griego, πλεονασμός).
1. m. Figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno
o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con
los cuales se añade expresividad a lo dicho; p. ej., lo vi con mis propios
ojos.
Redundancia.,(Del lat. redundantĭa).1. Sobra o demasiada abundancia de cualquier
cosa o en cualquier línea.//2. Repetición o uso excesivo de una palabra
o concepto.//3. Cierta repetición de la información contenida en un mensaje,
que permite, a pesar de la pérdida de una parte de este, reconstruir su
contenido.//4. Demasía o redundancia viciosa de palabras.
Como
se ve, la diferencia no está muy marcada, pero en ambas definiciones se hace referencia
a vocablos innecesarios, uso excesivo y redundancia viciosa todo lo cual nos está diciendo que no debemos
usar pleonasmos ni redundancias en nuestros textos académicos
La
primera definición de pleonasmo se refiere más a los textos literarios que a
los científicos que deben ser claros y objetivos, y por tanto, sin redundancias
ni pleonasmos que no respetan la concisión.
No
obstante, con frecuencia encontramos y escribimos expresiones como las que
siguen
·
La situación empeoró aún más. Cuando decimos
que una situación empeora, o se agrava, ya se entiende que es aún más grave que
antes.
·
Volver a re... Muchas veces se lee Ojalá que
no vuelva a repetirse. Es incorrecto, si lo que quiere decirse es Ojalá que no
se repita.
La primera vez hacemos algo; la
segunda lo repetimos; la tercera, volvemos a repetirlo. Este error suele tomar
también otras formas: repetir algo de
nuevo, volver a hacerlo una vez más, volver a reescribir un informe, rehacer de
nuevo, volver a insistir, volver a resurgir, etc.
·
Contar con experiencia previa. Es una clásica
redundancia de las búsquedas laborales. ¿Acaso puede alguien hablar de sus
experiencias futuras en una entrevista de trabajo?
Son muchos los ejemplos que se pueden poner tanto en expresiones orales
como en las escritas. Lo importante es concienciarse de que no estamos exentos
de caer en uno de estos errores y evitarlos.