En mi calidad de corretora ortotipográfica
y de estilo, en algunas tesis que he corregido encuentro con frecuencia el mal
uso que se da a la palabra mismo, como
en los siguientes casos: “En las
plántulas que crecieron en el vivero se observaron hongos y ácaros; pero aún se
desconoce la clasificación de los mismos.”
“En
ese caso, los individuos privados de la libertad no aceptaron los cargos a
pesar de las evidencias de los mismos.”
Como se advierte, las áreas
del conocimiento a las que pertenecen las oraciones anteriores son muy
diferentes; no obstante, ambas emplean mal el término “mismos”
Para aclarar el uso de este
vocablo me remito a los textos de la RAE que se pueden leer a continuación:
“mismo
-ma. 1. Como adjetivo, tiene variación de género y número —mismo(s),
misma(s)— y se sitúa normalmente entre el artículo
o el determinante y el sustantivo al que modifica: el mismo día, esta misma semana, sus mismos hijos. Puede indicar identidad, esto es, que la persona o cosa a la que
nos referimos no es otra diferente: «Era la misma
persona que había visto en el convento de Valladolid» (UPietri Visita [Ven. 1990]); o bien que,
refiriéndonos a personas o cosas diversas, estas son iguales o muy
semejantes: «A todos les hizo el mismo regalo» (GaCandau Madrid-Barça [Esp. 1996]); «Casi todos los
pacientes tenían la misma cara» (GmzMontoya Cirugía [Esp. 1995]). Cuando forma
parte de una estructura comparativa, el término de comparación va introducido
por que: «Tienes los mismos ojos que tu madre» (Pedrero Besos [Esp. 1987]); «Seguirá la misma estrategia que han usado durante toda su gestión gubernamental» (NDía [P. Rico] 8.1.98). En México y el
área centroamericana es frecuente, en textos periodísticos o de prosa
divulgativa, emplearmismo (a
menudo sin artículo) como antecedente del que relativo que introduce oraciones explicativas; es uso
superfluo, que debe evitarse, pues el solo relativo basta: «Claro penal sobre
Hugo Santana, mismo que transformó Caballero con tiro potente» (Excélsior [Méx.] 17.9.01); debió
decirse, simplemente, Claro penal sobre Hugo
Santana, que transformó
Caballero. Cuando mismo modifica a los sustantivos manera,
modo u otros de igual sentido, el término de
comparación, si es una oración, puede ir también introducido por como. Pospuesto o, menos frecuentemente,
antepuesto a un sustantivo, y obligatoriamente pospuesto a un pronombre, sirve
también para indicar indiferencia en la elección entre varias
posibilidades: Ponte esa chaqueta misma, que
llegamos tarde; Necesito un voluntario; a ver, tú mismo.
2. A menudo se emplea como mero refuerzo enfático y puede ir
antepuesto o pospuesto al sustantivo, (como adjetivo
que es );a veces en forma diminutiva (mismito) o superlativa (mismísimo): «Mis
sorpresas comenzaron en la puerta misma del Club Alemán de la ciudad» (Edwards Anfitrión [Chile 1987]); «Me dejó con la
espina clavada en el mismito centro de mi corazón» (LpzPáez Herlinda [Méx. 1993]); «Se atrevió a dar el paso de telefonearlo a la mismísima casa de su
amante» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Puede seguir a un
pronombre personal: «Nosotros
mismos nos condenamos al nacer» (Britton Siglo [Pan. 1995]); su empleo es
obligatorio tras un pronombre tónico que, a su vez, refuerza al reflexivo átono
correspondiente: «Muchas veces usted no se cuida a sí mismo» (Sophia Arte [EE. UU. 1996]); aquí no sería
posible: usted no se cuida a sí; sin embargo, en
ausencia del pronombre átono, no es obligatorio añadir el refuerzo mismo: «Gracias
al instinto de supervivencia cada uno cuida de sí» (GmzPérez Abc [Esp. 1994]).
3. El
adjetivo mismo puede
sustantivarse, manteniendo los sentidos de identidad y
de igualdad o semejanza que le son propios: «Sus
ideas reformistas solo cambian de posición, pero son las mismas» (Vitier Sol [Cuba 1975]). A pesar de su extensión en el lenguaje
administrativo y periodístico, es innecesario y
desaconsejable el empleo de mismo como mero elemento anafórico, esto es, como elemento vacío de sentido cuya única función es recuperar otro
elemento del discurso ya mencionado; en estos casos, siempre puede sustituirse mismo por otros elementos
más propiamente anafóricos, como los demostrativos, los posesivos o los
pronombres personales; así, «Criticó al término de la asamblea las irregularidades que se
habían producido durante el desarrollo de la misma» (País [Esp.]
1.6.85), pudo
haberse dicho de la siguiente forma: durante el desarrollo de esta o durante su desarrollo; en
«Serían citados
en la misma delegación a efecto de ampliar declaraciones y ratificar las mismas» (Excélsior [Méx.] 21.1.97), debería haberse dicho simplemente ratificarlas; en «El que su
acción fuera efímera, innecesaria, no resta a la misma su significado» (Abc [Esp.] 29.9.74), hubiera sido mejor no le resta su significado.
A menudo, su simple supresión no provoca pérdida alguna de contenido; así,
en «Este año llegaremos a un billón en
exportaciones, pero 70 por ciento de las mismas se centra en el mercado europeo» (Razón [Esp.] 18.12.01), pudo decirse,
simplemente, 70 por
ciento se centra...
4. Pospuesta a adverbios o locuciones adverbiales, la forma mismo funciona como adverbio en el
español general. Se emplea como mero refuerzo enfático, por lo que a menudo
aparece en la forma diminutiva expresiva mismito: «Buscó un lugar para dormir, al lado
mismo de la carretera» (FdzCastro Novia[Esp. 1987]); «Ahí mismito entra mi sobrino Gonzalo» (Scorza Tumba [Perú 1988]). Puede denotar
también elección indiferente entre varias posibilidades:«Te llevaré a Lisboa. Cuando tú quieras, mañana mismo, esta noche» (MuñozMolina Invierno [Esp. 1987]). Son ajenos a la norma culta general los usos
adverbiales de mismo con
los sentidos de ‘justamente o cabalmente’ y de ‘hasta o incluso’, que se dan en
algunas zonas de España y de América: Con ese
vestido parecía mismo una modelo; Mismo los ricos tienen que rendir cuentas a
Dios.
5. Debe evitarse el uso de la forma arcaica mesmo, sentida hoy como vulgar.
6. así mismo. asimismo. 1. ‘También’: «Afinaron sus
delicados instrumentos las tañedoras de laúd. Comparecieron asimismo las
danzarinas, los equilibristas y el narrador de historias fantásticas» (Moix Sueño [Esp. 1986]). Con
este sentido, hoy es mayoritaria y preferible la grafía simple asimismo, aunque también se
admite la grafía en dos palabras así mismo: «Le
informó así mismo de cuál había sido la causa de la derrota» (Velasco Regina [Méx. 1987]). La forma
simple se escribe sin tilde, por lo que no es correcta la grafía asímismo.
2. La secuencia así mismo puede
ser también el resultado de la unión del adverbio de modo así y el
adjetivo mismo usado con valor enfático. En este caso, cuando el
significado de la expresión es claramente modal (‘de la misma forma, de la
misma manera’), solo puede escribirse en dos palabras: «¿Representamos una entidad libre y soberana? ¿Sí? Pues así mismo
lo haremos sentir» (MtnMoreno Respuesta [Méx.
1994]); «—Hay mucha confusión. Muertos, ahorcados,
aplastados por las avalanchas... Los partes son terribles. —Cuénteselo así mismo al
General» (Martínez Perón [Arg. 1989]).
3. Estas expresiones
adverbiales no deben confundirse con la secuencia a sí mismo, formada por la
preposición a, el
pronombre reflexivo sí y el adjetivo mismo: «Sonríe mucho,
parece gustarse a sí mismo y no tiene complejos» (País [Esp.] 1.12.87).
7. lo mismo. Tiene distintos valores:
a) Cuando forma parte de estructuras comparativas, con el sentido de
‘igual’, bien con valor nominal (‘la misma cosa’), bien con valor adverbial
(‘de la misma manera’), el segundo término de comparación va introducido por la
conjunción que: «Analizar el pasado no es lo mismo que auscultar el presente»(Vistazo [Ec.] 20.3.97); «Escucha lo
mismo a los criados que a los huéspedes opulentos del hotel» (País [Esp.] 21.5.97). En este caso, es
incorrecto emplear como o a en lugar de que: «Si se está de
gozar, lo mismo será en la cama como en el suelo» (Somers Retrato [Ur. 1990]); «Pero no es lo mismo
un delantero a un
mediocampista» (Época [Chile]
13.1.97).
b) Se usa en correlación con que, o más raramente como, con sentido equivalente a tanto...
como..., para denotar la suma de dos nociones: «La fermentación puede operarse lo mismo en caliente que en frío» (Toharia Setas [Esp. 1985]); «Su agradable sabor se aviene con todos los platos, tanto salados
como dulces, lo mismo en repostería como en panificación» (Bonfiglioli Arte [Arg. 1990]).
c) En España se usa, coloquialmente, con el sentido de ‘tal vez o a lo
mejor’: «Además, si te hablo lo mismo me cuelgas» (Resino Pop [Esp. 1991])."
(Diccionario Panhispánico
de dudas ©2005 Real Academia Española © Todos los derechos reservados)
Con el texto anterior queda claro cómo y cuándo
debe usarse el término mismo, su
femenino y plurales.
Hasta la próxima.
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