Redactar
es escribir aquello que se piensa, que se siente; el resultado de una
investigación y mucho más: en resumidas cuentas, poner en orden las ideas y
compilar. Pero en esta tarea debe reinar la claridad, precisión, concisión y
corrección, a lo que se oponen los errores que se cometen, generalmente porque
quien escribe cree que está en lo cierto y por eso no indaga.
Entre
los errores más comunes se encuentran las dificultades o los vicios cuando se
usan ciertos vocablos; entre ellos las expresiones DEBE y DEBE DE…
Muchas
personas, al verbo deber le agregan a continuación la preposición de y
con esto pretenden darle un carácter de obligatoriedad a la expresión. No
obstante, en esta forma se logra expresar suposición
o probabilidad.
Veamos
algunos ejemplos:
La
pregunta: ¿A que hora llegará Juan? Tiene dos posibles respuestas:
1.-
Se sabe exactamente a qué hora llegará, en cuyo caso la respuesta correcta es: Debe
llegar a tal hora (las 2, 4, 9 o la que sea)
2.-
No se sabe la hora exacta de la llegada de Juan y se supone que es probable
que llegue alrededor de tal hora (las 2, 4, 9 o la que sea) y en este caso la
respuesta correcta es: Debe de llegar a tal hora (las 2, 4,
9 o la hora que sea).
Desaprender
algo no es fácil; pero ayuda el conocimiento del error y de cómo corregirlo.
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