La
radio es el medio de difusión que llega hasta los más remotos rincones de
nuestro país; además, tiene la particularidad de que se puede escuchar aunque
se tenga las manos ocupadas.
En
los buses que recorren las calles citadinas y en los que van por las
carreteras, se oye alguna transmisión radial, a veces con demasiado volumen. Y
es común ver a los cogedores de café con el “coco” pendiendo de la cintura y el
aparato de radio colgado del hombro o del cuello.
Al
contenido radial se le otorga credibilidad; de ahí que sea tan importante que
periodistas y locutores usen nuestro idioma de una manera correcta. Recuerdo
una anécdota simpática: alguna vez corregí a un trabajador una palabra mal
dicha y me contestó: “No señora; el locutor de La Paisa lo dice así, y él sí
sabe.”
Como
quien dice: usted no sabe nada. Y seguramente, en algún programa de humor el
locutor de La Paisa dijo esa palabra en broma y el trabajador la tomó en serio.
Escuchando
noticieros y otros programas salta a la vista (o al oído) que muchos de quienes
hablan por radio utilizan mal gran cantidad de palabras y giros idiomáticos sin
pensar en su responsabilidad pedagógica. Y van algunos ejemplos.
Se
escucha con frecuencia: “al interior de...” en lugar de “en”
o “dentro
de…”, según el caso. Veamos: en español tenemos dos contracciones: del,
formada por la preposición de más el artículo el
y al
que se forma con la contracción
de la preposición a y el artículo el.
Esto
quiere decir que cuando decimos al en realidad estamos diciendo a el.
Si se
dice: al interior de la sociedad se han detectado varios
casos, no se expresa el contenido deseado, razón por la cual esa forma
de expresión incorrecta debe remplazarse por: “en la sociedad” o “dentro
de la sociedad”, y ahí sí tiene sentido la oración.
Otro
tanto sucede con “al momento” cuando lo correcto es “en el momento”
En un
solo noticiero conté veinticinco errores, entre ellos: uso exagerado de la voz
pasiva de los verbos (el español es una lengua eminentemente activa), el
incorrecto “por parte de…” del que
se han ocupado conocidos filólogos; la falta de concordancia de número en: “se conoció los cargos…” cuando lo
correcto es se conocieron, el uso exagerado y además incorrecto de la
palabra “tema”; el verbo “aperturar“ que no existe en español;
se confunde el accionar con las acciones…
¿Por qué sucede esto? Simplemente
porque ni en la educación primaria ni en la secundaria se enseña el español
como materia desde que algún ministro estrella de educación quitó la materia de
los programas de enseñanza.
De
la ortografía mejor ni hablar para no llorar. Hace poco un estudiante
universitario me preguntó cuál era la diferencia entre haya, halla y aya, porque para él sonaban lo mismo, pero no sabía cuál
debía utilizar en cada caso.
Es
posible que existan periodistas y locutores conscientes de su poco conocimiento
de nuestro idioma (aunque seguramente hablan y escriben francés o inglés
perfectamente), y se preocupen por averiguar y aprender; pero creo que debieran
ser las asociaciones que agrupan a dichos profesionales las que se preocupen
por ofrecer cursos de español a sus asociados; porque recordemos aquella frase
de Álex Grijelmo: “Si el español se hunde, los pueblos que lo hablamos
perderemos identidad”.
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