martes, 30 de abril de 2019

EL ANACOLUTO O SOLECISMO


La palabra solecismo, deriva  del latín soloecismus, que a su vez proviene del griego σολοικισμός (soloikismós) que significa error sintáctico. Se origina en la palabra σόλοικος (sóloikos), que se aplicaba a los habitantes de Solos (en Cilicia), porque hablaban una clase  de griego muy especial y diferente de los demás hablantes de esa lengua.
 Anacoluto proviene del latín anacoluthon, y esta deriva del griego anakólouthon (que significa “que no sigue, inconsecuente”); es una palabra compuesta  por el prefijo privativo an y akóluthos (acólito, consecuente, compañero de camino), es decir, inconsecuente. De  acuerdo con lo anterior, es posible concluir que anacoluto y solecismo son sinónimos.
El anacoluto o solecismo se produce cuando se altera el orden lógico u orden sintáctico del español: sujeto, verbo y predicado; y dentro de cada una de esas partes que también tienen un orden: núcleo del sujeto, complemento adjetivo y explicativo (cuando lo hay); verbo y complemento adverbial; predicado, y en su orden, complemento directo, complemento indirecto y complementos circunstanciales.
Es de anotar que los complementos circunstanciales pueden cambiarse de lugar sin alterar el contenido de la oración. Por ejemplo.

Tu tío Manuel, el ilustre médico, entregó todos sus libros a la biblioteca de la Facultad  antes de ausentarse del país, en una sencilla ceremonia realizada ayer en horas de la tarde.

Con el mismo contenido puede decirse:

Tu tío Manuel, el ilustre médico, entregó todos sus libros a la biblioteca de la Facultad  en una sencilla ceremonia realizada ayer en horas de la tarde, antes de ausentarse del país

Tu tío Manuel, el ilustre médico entregó todos sus libros a la biblioteca de la Facultad  ayer, en horas de la tarde, en  una sencilla ceremonia realizada antes de ausentarse del país.

Tu tío Manuel, el ilustre médico, entregó todos sus libros a la biblioteca de la Facultad   antes de ausentarse del país, en  una sencilla ceremonia realizada ayer en horas de la tarde..

Como se ve, se cambiaron de sitio los  complementos circunstanciales de  lugar y de tiempo y se han ubicado en diferente orden dentro  del complemento sin que por ello se haya variado el contenido
No obstante lo anterior, los periodistas no respetan el orden lógico del español, según ellos, porque dicen primero lo más importante, aquel contenido que quieren resaltar.

Pero como consecuencia de esa alteración del orden lógico muchas veces el contenido no se entiende sino hasta el final de la oración y se obliga al cerebro a ordenar sus partes con lo cual se dificulta la comprensión.
¡Y es lo peor del caso  que si no se entendió quedó sin entender porque no se puede devolver el casete!


miércoles, 24 de abril de 2019

EN FAVOR DE LA CONCISIÓN


Son muchos los textos que llegan a mis manos para que realice corrección de estilo, de redacción y ortografía.
Las palabras bien escritas no tienen discusión, el estilo es propio de cada autor y en cuanto a al redacción, a veces esta es un poco enredada y sin cambiar las ideas, hay que tratar de enderezarla.

Escribir no es solamente llenar hojas con un texto; es entregar contenido interesante de acuerdo con el área que se conoce, es escribir de manera agradable para el lector y no abrumarlo con palabras innecesarias cuando se puede expresar con menos, o a veces con una sola.

Recuerdo que no hace mucho, en mis días de docencia universitaria, escuchaba en la boca de algunos colegas: “para la próxima me traen un ensayo de cinco páginas” y los estudiantes, para cumplir con la tarea, daban vueltas sobre lo mismo, expresaban las mismas ideas de diferente forma porque tenían que llenar  cinco páginas cuando el tema podía escribirse bien en solo tres.
Si se tiene en cuenta que todo texto debe responder a las condiciones de claridad, precisión, concisión y corrección se advierte que en muchos escritos estas condiciones no se cumplen y que la concisión es la más ausente.
Se comprueba lo anterior  en el uso de los verbos: se emplea la definición en  lugar del tiempo correspondiente; por ejemplo: “la niña metió el pie en lo hondo del barro” y puede decirse con toda corrección “la niña hundió el pie en el barro”; “lo declararon culpable de haber cometido el delito y le dieron 10 años de prisión”, pudo decirse simplemente, con menos palabras; “lo condenaron a 10 años de prisión”, porque si lo condenaron fue porque lo declararon culpable. Y aquí va otro ejemplo: “El tabaco produce un efecto perjudicial en el organismo”; con menos palabras y en forma más directa es correcto decir: El tabaco perjudica al organismo.
Cuando se escribe es conveniente tener presente las características de un buen texto: claro, preciso, conciso y correcto.

domingo, 7 de abril de 2019

¿QUEÍSMO? ¿DEQUEÍSMO? ¿DEQUEFOBIA?


Una de las palabras que más se usan en el español cotidiano es la palabra QUE; sin embargo,  en muchas ocasiones se pone donde no debe  ir y se omite donde debiera estar.
No obstante, las expresiones ganan en corrección y en sonoridad si  se  remplaza ese que por cual, cuyo, quien u otra que permita expresiones adecuadas al pensamiento o simplemente se omite cuando  es posible.

Por ejemplo: En la oración El carro del que te hablé es el que está pintado de rojo y que tiene una marca en el parabrisas, gana en corrección si se dice; El carro del cual te hablé está pintado de rojo y tiene una marca en el parabrisas.

Como se ve, se ha remplazado el primer que por del cual y se han omitido los otros dos,De esta forma se evita el queísmo o uso excesivo de la palabra que.

Es importante resaltar que los relativos quien – quienes solo se deben usar para referirse a personas y el cual, la cual, los cuales, las cuales, solo deben emplearse para referirse a cosas o a  animales.

Abuso:
Muchas veces se puede sustituir por cual, cuyo, quien, por ejemplo:
La casa de que te hablé es la que está pintada de azul. (mal)
La casa de la cual te hablé es la pintada de azul. (bien)
Omisión:
Le rogamos nos diera su opinión.  (mal)
Le rogamos que nos diera su opinión. (bien)
El maestro dijo iba a reprobarme. (mal)
El maestro dijo que iba a reprobarme (bien)

De que

Algunos verbos exigen el uso de la combinación de que, por ejemplo:

Estoy seguro de que...

Me acuerdo de que..
.
Se olvidó de que...

Se dio cuenta de que.
..
Nos alegramos de que...

Por analogía con estas construcciones, se ha vuelto común oír expresiones erróneas como:

Era de que…

Pensó de que…

Olvidó de que…

Escuchamos de que…

Una manera para comprobar la forma correcta es realizar la pregunta cuya respuesta sea la oración que se piensa escribir. Por ejemplo:

¿Qué escucharon?  Escucharon que

¿De qué se alegraron?  Se alegraron de que

¿Qué era?  Era un amigo que…

¿De qué se dio cuenta?  Se dio cuenta de que...

Este es un pequeño truco que ayuda a escribir con corrección.

martes, 2 de abril de 2019

TEXTOS DE LECTURA DIFÍCIL


 Ya se ha hablado de este tema; sin embargo, muchas veces ha llegado la pregunta; ¿Por qué yo leo y no entiendo? Es conveniente recalcar en estas páginas algunos motivos de ese resultado desalentador.
A veces es muy difícil entender un texto. Y en realidad es posible que se  dificulte la comprensión. ¿Por qué? Veamos.
Cuando un lector tiene dificultades para entender un texto debe buscar las causas de esa incomprensión. Y hay que ser honesto y frecuentemente aceptar que no se entiende por causas personales y no porque el texto esté mal escrito.
Para entender un texto muchas veces es necesario realizar inferencias que en ocasiones el lector no está en capacidad de llevar a cabo debido a que desconoce el vocabulario que usa el autor, no se interpretan bien los signos de puntuación o le faltan conocimientos previos para poder inferir.
 Para aumentar el vocabulario se necesita consultar el diccionario y para saber si se entendió es posible hacer un ejercicio que confirme si en realidad se comprendió. Va un ejemplo.
Si en un texto dice: “Daniel exigía que su ropa estuviera impoluta”, y se desconoce el significado de “impoluta”, se busca en el diccionario y se advierte que define esta palabra como “Limpia, sin mancha”. Si se remplaza el término “impoluta” por su significado, tenemos la oración así: “Daniel exigía que su ropa estuviera limpia, sin mancha”
Usando la definición, quien no entendía ya entiende, y si memoriza la palabra amplía su vocabulario.
Para entender los signos de puntuación se puede recurrir a internet donde hay sitios que indican cómo y cuándo usarlos y cuál es la entonación de cada uno de ellos.
Y en cuanto a los conocimientos previos, es lógico que quien lee debe saber de qué se trata en el texto: si alguien no es médico, difícilmente entederá textos de medicina con vocabulario técnico de esa área y que los médicos conocen.
Por eso, si un texto no se entiende, no hay que echarle siempre la culpa al texto (aunque hay que reconocer que hay unos muy enredados), es conveniente pensar primero en que es quien lee que no está preparado para entenderlo.
Hasta pronto.